Primero pasaremos a definir que es la Taxonomía Verde, siendo, un sistema de clasificación cuyo objetivo es clarificar y clasificar qué inversiones y actividades económicas son sostenibles en el contexto del Plan de Acción sobre Finanzas Sostenibles.
Para conseguir este ejercicio se establecen seis objetivos ambientales que deberíamos enfocarnos a ellos si deseamos seguir esta modalidad. Siendo los siguientes:
- Mitigación del cambio climático
- Adaptación al cambio climático
- El uso sostenible y la protección de los recursos hídricos y marinos
- La transición a una economía circular
- Prevención y control de la contaminación
- La protección y la restauración de la biodiversidad y los ecosistemas
Como podremos ver en la imagen a continuación como se relacionan los objetivos de la taxonomía y los objetivos de la Agenda 2030 de la UE y los ODS:
¿Pero esto como nos afecta o cómo podemos alinear con esta corriente?
Para ello debemos tener en cuenta el tamaño de nuestra organización.
Si nuestra empresa resulta que es de un tamaño que se consideraría grande, más de 500 empleados y/o más de 40 millones netos en euros al año. Nuestra empresa debería prestar atención porque en este caso la taxonomía verde le afectaría directamente
Por ello si queremos alinear nuestra actividad con esta corriente en crecimiento, deberemos seguir las siguientes condiciones:
- Sus actividades económicas o inversiones coinciden con las listadas en la taxonomía (elegibilidad).
- Sus actividades e inversiones económicas cumplen con los criterios de selección marcados por la taxonomía (alineamiento).
- Estas actividades económicas no causan ningún perjuicio significativo a ninguno de los otros objetivos de la taxonomía, lo que se denomina principio de “No causar daño significativo”
- Respetan las “Garantías sociales mínimas”.
Para poner en marcha este proceso debemos acceder a https://ec.europa.eu/sustainable-finance-taxonomy/.
Aquí reflejamos una tabla de la citada página donde especifica que es y no es la taxonomía.
Y el timing marcado es: